Síndrome de Boca Ardiente y su Salud Mental ¿Por qué están muy relacionados entre sí?
El Síndrome de Boca Ardiente (SBA), también es conocido por los términos médicos de ‘síndrome de boca urente‘, ‘glosodinia‘ u ‘orodinia‘ es un trastorno basado fundamentalmente en la sensación de ardor persistente en la lengua que también puede afectar al paladar, encías o cualquier otra parte de la mucosa oral.
No están claras las estadísticas en el Síndrome de Boca Ardiente (SBA), ya que el diagnóstico es difícil y con frecuencia se demora en el tiempo. Sin embargo, las cifras arrojan una prevalencia variable entre el 3% y el 24% de la población.
En el Síndrome de Boca Ardiente (SBA), aparte del síntoma diana que es la sensación de quemazón en la boca, existe otra constelación de síntomas variables como son la alteración del sentido del gusto, la sequedad, el dolor y el malestar psíquico, entre otras.
Además, la glosodinia suele presentar otros tipos de trastornos somáticos dolorosos en los que no se suele objetivar una causa orgánica aparente y que tienen asociada una importante merma funcional. Con frecuencia, los pacientes con glosodinia refieren presentar a la misma vez o haber tenido antecedentes de sufrir dolor facial atípico, bruxismo, odontalgia atípica y artromialgia facial atípica.
Subtipos del Síndrome de Boca Ardiente (SBA)
De acuerdo con los investigadores Lamey y Lewis (1989) este síndrome puede clasificarse en tres tipos en relación con los síntomas de dolor bucal:
- Tipo 1.- Se caracteriza por vigilia sin dolor. La sensación de ardor suele comenzar al final de la mañana y puede empeorar de manera progresiva durante el día. Su pico de intensidad más elevada suele ser durante la noche. Suele afectar al 35% de las personas con glosodinia.
- Tipo 2.- Los síntomas de quemazón en la boca son continuos durante todo el día. Es por esta razón quienes sufren de este tipo, también tienen problemas para conciliar el sueño. Este tipo es el más común y puede afectar a un 55% de las personas con síndrome de boca ardiente. Particularmente este tipo, es el que más se encuentra asociado los trastornos psicológicos. Es por esta razón que también suelen tener la mayor cantidad de fracasos al tratamiento o terapias.
- Tipo 3.- La presentación de los síntomas de ardor suele ser de manera intermitente, es decir, la persona afectada puede percibir períodos libres de dolor durante el día. Afecta alrededor del 10% de las personas con síndrome de boca ardiente y puede ser resultado de trastornos psicológicos como la ansiedad o reacciones alérgicas alimentarias.
Síndrome de Boca Ardiente y alteraciones psicológicas asociadas
Numerosos estudios afirman que las anomalías psicológicas se encuentran fuertemente asociadas con el Síndrome de Boca Ardiente (SBA). No obstante, no está del todo claro el mecanismo de estos factores y si éstos influyen a una predisposición o vulnerabilidad intrínseca a poder sufrir orodinia.
Se sabe que los síntomas inespecíficos que se experimentan en el Síndrome de Boca Ardiente (SBA) suelen aparecer con más frecuencia en las personas con trastornos psicológicos en comparación a la población general.
Diversos estudios sugieren una importante relación entre las patologías psicológicas como la ansiedad y los trastornos depresivos en la aparición de este síndrome. A este respecto, la ansiedad y la depresión también son las dos entidades psiquiátricas más prevalentes en la persona con glosodinia instaurada. Por ello, atribuir una relación efecto-causa o causa-efecto puede inducir a errores clínicos y terapéuticos, y a este respecto y a fecha de hoy, lo más razonable es hablar de una concomitancia.
Otro aspecto común entre los pacientes con Síndrome de Boca Ardiente (SBA), es que las personas que manifiestan este trastorno, también manifiestan experimentar una ‘peor’ salud general. Además, se quejan de un mayor número de enfermedades físicas o patologías dolorosas asociadas a otros sistemas del organismo.
Por ejemplo, es común que las personas con Síndrome de Boca Ardiente (SBA) también afirmen padecer de trastornos gastrointestinales, dolor de cabeza, fatiga crónica, alteración del patrón del sueño y, también sensación de dolor en otras partes del cuerpo. Otro aspecto común, es la fobia o terror al cáncer.
La aparición de los síntomas del Síndrome de Boca Ardiente (SBA), en muchos casos, es precedida por eventos muy estresantes que aparecieron uno tras otro. En este sentido, parece innegable la alta prevalencia del Síndrome de Boca Ardiente (SBA) y alteración psíquica previa o posterior vivenciada al sufrimiento de la enfermedad, por este motivo y con cierta frecuencia el paciente suele haber consultado previamente a un especialista en salud mental en algún momento evolutivo en su vida. Y si no es así, cuando el Síndrome de Boca Ardiente (SBA) hace acto de aparición, el abordaje multidisciplinar es la norma para el mejor desenlace posible y la recuperación plena de esta enfermedad.
Características asociadas a los factores psicológicos
La sensación de ardor crónica ocasionada por el Síndrome de Boca Ardiente (SBA), tiene características similares a las del dolor neuropático. Esto quiere decir que es un problema debilitante con un gran impacto negativo en la calidad de vida. Debido al importante componente psicológico y a la cronicidad de los síntomas, a menudo, los tratamientos no tienen éxito.
Ansiedad y Síndrome de Boca Ardiente
Algunos investigadores proponen un vínculo interesante entre la cancerofobia o el miedo a tener cáncer como un factor concomitante emocional de la ansiedad en personas con glosodinia. Otros malestares psíquicos concomitantes de la ansiedad que contribuyen a la aparición de este síndrome es la fatiga crónica y los trastornos asociados a una mala calidad de sueño.
Por otro lado, la ansiedad también podría considerarse como un factor agravante de la enfermedad. De hecho, se han descrito casos en los cuales el Síndrome de Boca Ardiente (SBA) desaparece por sí solo de forma espontánea después de experimentar un evento positivo en la vida.
Incluso, cuando se miden los niveles de hormona del estrés o el cortisol en una persona con Síndrome de Boca Ardiente (SBA), puede observarse el incremento del cortisol en saliva en comparación con los controles. Esto indica como un nivel elevado de estrés puede estar relacionado con la ansiedad.
Es por esta razón que los investigadores afirman que puede considerarse el Síndrome de Boca Ardiente (SBA) como un indicativo de ‘angustia’ que hace que personas vulnerables experimenten angustia emocional percibida como dolor corporal y por tanto podría ser un indicador de un trastorno psiquiátrico o psicológico subyacente.
Depresión y Síndrome de Boca Ardiente
Las investigaciones actuales afirman una implicación de la depresión tanto endógena como la reactiva. Sin embargo, es importante recordar, que la depresión es un trastorno estrechamente asociado a la ansiedad. En ambas entidades suele encontrarse alterado como neurotransmisor principal la serotonina, aunque la complejidad del cerebro humano y las sustancias químicas relacionadas implican directa o indirectamente a otras muchas.
Algunos científicos sugieren que la alteración del funcionamiento de la serotonina puede estar asociado con alteraciones sensoriales responsables del Síndrome de Boca Ardiente (SBA), esto se debe a que la serotonina tiene un papel fundamental en la inhibición y en el bloqueo de la sensación dolorosa.
También han sido hipotetizados mecanismos asociados a alteraciones de la transmisión de la dopamina así, como también otras anomalías en la vía nigroestriada.
La depresión, así como los trastornos psicológicos, suelen ser muy comunes entre las personas que, además, padecen de dolor crónico. Sin embargo, estos pueden ser síntomas secundarios y adaptativos al dolor persistente experimentado y el malestar acompañante por la persona que lo padece. Es por esta razón, que la relación suele ser difícil de establecer en algunos casos.
Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y Síndrome de Boca Ardiente
El estrés crónico como el estrés postraumático, son considerados estados comunes o prevalentes en los trastornos de dolor funcional y sobre todo cuando existe asociado la persistencia del mismo.
Se trata de afecciones vinculadas a ocasionar una importante alteración tanto psicológica como somática. Esto se asocia a aspectos neuroquímicos y fisiológicos de la respuesta de los mamíferos superiores ante estrés, tanto agudo como crónico.
Todas las patologías psicológicas mencionadas hasta el momento, tienen una gran implicación en el control de la secreción del cortisol endógeno.
Un mecanismo propuesto que ayuda a desencadenar el dolor, consiste en los cambios permanentes del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal, el cual resulta en las variaciones del nivel de los glucocorticoides secretados en el organismo.
Esto ocurre en conjunto con modificaciones constantes en el nivel del esteroide producido por los órganos sexuales o gónadas.
Los científicos afirman que el desencadenante principal podría ser el daño que ocurre en las células neuronales ocasionado por las constantes alteraciones del nivel de cortisol, así como la alteración indirecta sobre el sistema inmune.
Dr. Augusto Zafra Villena
Médico Psiquiatra. Colegiado 46/4505130
Especialista en Psiquiatría Clínica y Forense. En Psicogeriatría y Adicciones