En demasiadas ocasiones, cuando un paciente pierde una pieza dental ya sea un diente o una muela, opta por dejarse el hueco pensando que se ha quitado de encima un problema de dolor, infección o caries.
Esto es un error ya que desconoce diferentes efectos derivados de esta pérdida. Uno de ellos es que ese hueco puede ocasionar daños en las piezas colindantes al poderse llegar a tumbar, incluso ocasionar fuertes dolores de cabeza, migrañas y cefaleas. Otro es que a causa de que la pieza que queda arriba o abajo según el caso, al no tener el apoyo debido al hueco creado por la ausencia de esa pieza, tiende a obstruirse y salir, ocasionando además de estos dolores, problemas de sensibilidad dental ya que se expone parte de la raíz dental. También favorece la aparición de caries debido a que dicha raíz no tiene la protección del esmalte dental, siendo más porosa y susceptible. Y por supuesto, se puede llegar a perderse la ‘pieza viuda’ a lo largo de los años sin que la pieza sobre la que apoya sea repuesta o sustituida.
Es por todo ello que es tan importante visitar al médico dentista, quien le recomendará según el caso cerrar el hueco creado por la ausencia de un diente o muela a través de tratamientos de ortodoncia, o sustituir esa pieza mediante un puente o implante dental, dentro de su especialidad de Implantología.
Las diferencias entre la colocación de un puente dental y poner un implante dental son muy amplias.
El colocar un puente en boca implica que la/s pieza/s situadas a ambos lados del hueco que ha dejado esa pieza dental, tendrán que ser talladas y reducidas en forma de muñones. Sobre ellas se tomarán medidas para fabricar un puente de 2 o más piezas, de forma que la nueva muela o diente de reposición se apoye y fije sobre piezas sanas del paciente y soporte las fuerzas masticatorias.
Es fundamental que este puente dental ajuste a la perfección para conseguir que se asemeje lo máximo posible a los dientes o muelas originales del paciente, y ello depende tanto de la formación, experiencia y conocimientos del médico dentista como de la pericia del laboratorio dental.
En ocasiones, cuando se trata de pacientes que han perdido varias piezas dentales, se pueden colocar aparatos esqueléticos removibles (de quita y pon), que sustituyan a los dientes o muelas caídos, y que se sujetan a las piezas sanas que queden en la boca del paciente.
Incluso cabe la posibilidad de la colocación de prótesis completas o dentaduras postizas en pacientes que lo requieran. La realización de dichas prótesis será fundamental para la futura salud del paciente, por lo que serán también vitales los conocimientos y formación del médico dentista para conseguir el correcto equilibrado oclusal o una masticación equilibrada.
Pero actualmente, la sustitución de dientes o muelas que más se aproxima a los dientes o muelas originales, son los implantes dentales. Estos reponen la pieza ausente sin necesidad de tocar o tallar las piezas de los lados, y siempre y cuando sean implantes dentales con la calidad y garantía requeridas, imprescindibles para su integración en el hueso del paciente y duración en el tiempo, conseguirán ejercer la función masticatoria tal como lo hacían los dientes o muelas perdidas.
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