Estos 5 consejos prácticos para defenderte de la caries están enfocados a reducir la carga bacteriana, fortalecer los tejidos dentales y promover un entorno oral saludable, para que puedas con ellos defenderte de la caries.
La caries es un proceso destructivo, una enfermedad bacteriana multifactorial que ataca los tejidos duros del diente afectando al esmalte, la dentina y, en etapas avanzadas, incluso el tejido pulpar.
Su formación comienza con la desmineralización del esmalte dental debido a la acción de bacterias presentes en la placa dental, especialmente Streptococcus mutans y Lactobacillus, que metabolizan los carbohidratos de la dieta y producen ácidos como subproducto. Estos ácidos desmineralizan el esmalte, creando cavidades o lesiones cariosas.
Para poderse desarrollar la caries necesita de la presencia contemporánea de tres factores que desarrollamos a continuación: huésped susceptible, dieta rica de azúcares y bacterias con actividad cariogénica.
Las características estructurales de los dientes inciden notablemente sobre la posibilidad de formación de la caries, por ejemplo si el diente presenta surcos muy pronunciados y dibujados se tendrá una mayor retención de residuos alimenticios y de bacterias (placa bacteriana) que son los factores desencadenantes de la caries.
Otra condición que favorece la acumulación de placa bacteriana difícilmente removible, es el apiñamiento dentario, porque existen superficies solapadas y recovecos dónde las cerdas del cepillo no llegan con eficacia.
Existen además, algunas condiciones fisiológicas que determinan una mayor predisposición a la caries, por ejemplo durante el embarazo y la lactancia hay unas modificaciones hormonales que provocan hinchazón en los tejidos y alteran la calidad de la saliva, haciéndola más viscosa, aumentando así la adhesividad de las bacterias al diente.
Los azúcares son un elemento fundamental en la formación de la caries, son metabolizados por algunas bacterias de la placa bacteriana y trasformados en ácidos que provocan la desmineralización del diente y así la formación de la caries.
Las principales bacterias responsables de la caries son el Streptococo mutans y el Lactobacilo, el primero en especial tiene la capacidad de adherirse a la superficie del esmalte y de fabricar una red de polisacáridos sobre la cual otros microorganismos se adhieren y de esta forma se organiza una película (BIOFILM) llamada placa bacteriana.
Por su parte el Lactobacilo tiene un rol diferente porque no tiene mucha capacidad de adhesión pero es el primer responsable de metabolizar los azúcares y así el principal productor de ácidos que atacan al esmalte.
La prevención y defensa contra la caries dental involucra una combinación de medidas que abordan los factores de riesgo y fortalecen los mecanismos naturales de protección dental.
Desde Clínica Dental Fuset, os damos 5 consejos prácticos para defenderte de la caries, enfocados a reducir la carga bacteriana, fortalecer los tejidos dentales y promover un entorno oral saludable, para que puedas con ellos defenderte de la caries.
Una correcta higiene oral es fundamental para evitar la formación de la caries, su fin es el de limpiar la cavidad oral de las sustancias cariogénicas, que son los residuos alimenticios y la placa bacteriana. Para obtener tal resultado hay que lavarse los dientes después de cada comida y de especial manera por la noche porque es entonces cuando baja la producción de saliva y el ph oral así que si queda algún resto de comida se metaboliza con más facilidad en ácido por las bacterias.
El cepillo debe ser de dureza blanda o como mucho media y de cerdas redondeadas y lo bastante pequeñas para que puedan llegar a todo los recovecos.
El cepillado más eficaz es el que se realiza con una inclinación de 45 grados hacia la encía realizando unos movimentos vibratorios de adelante atrás por la parte externa y interna de los dientes sin olvidarse de las superficies masticatorias. Otro factor importante es el tiempo de cepillado que debe ser de entre 2 y 3 minutos. Hecho esto hay que utilizar el hilo dental para acabar de limpiar las superficies interdentales.
Los comprimidos evidenciadores de la placa bacteriana son muy útiles para resaltar las zonas que no se han limpiado bien después del cepillado. Ésto permite localizar las zonas aún sucias e insistir en el cepillado.
Además es recomendable acudir cada 6 o 12 meses al dentista de confianza para remover los posibles depósitos de sarro que se hayan podido acumular con una limpieza oral.
Una correcta alimentación conlleva asimilar equilibradamente proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas y sales minerales. Los carbohidratos pueden ser tanto simples: glucosa, sacarosa, fructosa, son los llamados azúcares, como complejos: el almidón, presente en pan, pasta o patatas que en el estómago transformará en carbohidratos simples para poder ser asimilados. Éstos alimentos son indispensables para una correcta alimentación pero también suponen una de las causas principales en la formación de la caries si no existe una correcta higiene oral tras su toma.
Hay que resaltar la especial higiene tras consumir alimentos dulces de tipo viscoso, como mermeladas, miel, caramelos, chicles o chocolates, que se adhieren a los dientes y permanecen largo tiempo en la cavidad oral a diferencia de bebidas azucaradas cuya permanencia en boca es menos dañina.
El flúor se ha revelado como un elemento particularmente eficaz en la protección dental frente a la caries , y está presente en algunos alimentos como cacahuetes o maíz.
La asimilación cotidiana de flúor durante el periodo de mineralización de los dientes, que termina a los doce años, determina la formación del esmalte, que será más resistente a ácidos producidos por bacterias, mientras que una vez superado ese periodo, el flúor asimilado por el organismo ya no puede mejorar el esmalte dental.
Sin embargo, la aplicación tópica de flúor por parte del dentista, resulta eficaz a cualquier edad, aplicado directamente en los dientes refuerza el esmalte en grado de luchar contra los ácidos.
En casos con alto riesgo de formación de caries, hoy día es posible tratar esos dientes con resinas y lacas a base de flúor o clorhexidina, que previenen la formación de caries.
El flúor y la clorhexidina son sustancias usadas hace tiempo en la prevención de la caries, pero su uso indiscriminado en dentífricos y colutorios puede comportar desventajas que limiten sus beneficios.
Las visitas de control efectuadas cada 4/ 6 meses según los casos, representan un criterio de prevención que aún no impidiendo la formación de la caries, suponen una terapia que evita lesiones dentales y su empeoramiento y gravedad.
Además de estos 5 consejos prácticos para defenderte de la caries, hoy día es posible determinar el riesgo de caries al que estamos expuestos, mediante análisis de bacterias presentes en la saliva y seguir un programa de prevención para mantener los dientes sanos.
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