Vamos a tratar el tema de la alimentación y los dientes blancos, ya que una de las cosas que hace que una sonrisa sea hermosa reflejando una buena higiene, es que esta tenga unos dientes blancos.
Blancorexia, es el término que sirve para denominar la obsesión por la sonrisa blanca y perfecta. Porque hay veces en los que la preocupación estética dental, concretamente tener la sonrisa blanca y brillante llega al punto en el que muchas personas deciden someterse a tratamientos incluso de forma excesiva.
Tratamientos odontológicos blanquean los dientes, pero esta técnica no es para toda la vida y no podemos realizarla con mucha frecuencia. Lo que sí podemos es tomar en cuenta una serie de alimentos y bebidas que al consumirlos afectan el color de nuestros dientes y los manchan. También los hábitos de higiene bucal son importantes, ya que harán por más tiempo que luzcamos esos dientes blancos.
A continuación enumeraremos una serie de esos alimentos que manchan los dientes y que debemos evitar o consumir con moderación.
Esta bebida contiene cromógeno, moléculas que poseen potencialidades de coloración que puede erosionar el esmalte dental. De uso generalizado en la población es una de las bebidas que más daño ocasiona a la coloración natural de los dientes.
Para reducir su efecto sobre la dentadura, es ideal cepillar los dientes inmediatamente después o por lo menos enjuagar tu boca con agua para que el efecto sea menor.
El ácido tánico, o tanino, es una sustancia de sabor amargo denominada polifenol que deriva de las plantas. El té verde por ejemplo contiene una alta concentración y esto lo hace responsable de las manchas. Ese ácido es como un tinte de origen vegetal que se adhiere a la placa y provoca ese color amarillento en los dientes.
Según el Industrial Toxicology Research Centre en Lucknow (India), la producción excesiva de óxido de nitrógeno puede provocar inflamación y daño en los tejidos. Sus estudios han comprobado que la presencia de ácido tánico en el té verde tiene efectos antioxidantes al inhibir la producción y la liberación excesiva de óxido de nitrógeno en el cuerpo humano.
Pero seguimos hablando de alimentación y dientes blancos. Cuando tomemos esta bebida, para reducir su efecto sobre la dentadura, haremos lo mismo que cuando tomemos café, cepillar los dientes inmediatamente después o por lo menos enjuagar tu boca con agua para que el efecto sea menor.
Ácidos, taninos y cromógenos, tres sustancias que contiene el vino y que juntas trabajan para manchar tus dientes cuando lo bebes. En especial es el vino tinto joven el que es más rico en estas sustancias colorantes, que hacen que tus dientes se tornen en poco tiempo de color púrpura tan sólo con una comida. Pero no te lleves a engaño con el vino blanco por su color porque este también erosiona el esmalte.
Cuando hayamos tomado vino y queramos minimizar el efecto colorante, enjuagaremos la boca con agua y no cepillaremos los dientes hasta pasados unos 30 minutos.
Queso y vino, qué buena combinación ¿nunca te has planteado por qué? En realidad es una combinación perfecta en lo que respecta a conseguir en la alimentación unos dientes blancos ya que al comer queso y ser este alimento rico en calcio, ayuda a remineralizar la saliva para detener el ataque de los ácidos.
Estas poseen un alto contenido en azúcares, por lo que además de manchar el diente contribuye a generar caries. Son peligrosas para lo que tratamos dentro de la alimentación y dientes blancos.
Hay diversos estudios que demuestran el peligro para el esmalte de las bebidas energéticas que consumen los más jóvenes y deportistas, por su alto contenido en ácidos que ocasiona severos daños al esmalte.
¿Qué sería de la pasta sin la salsa de tomate? Se trata de un alimento ácido que puede dañar el esmalte ya que contiene dos elementos que son dañinos para la salud bucal: acidez y un color altamente pigmentado. El diente se hace poroso y susceptible a las manchas si se daña el esmalte, así que para que no nos privemos de esta rica salsa comeremos antes un poco de lechuga, brócoli o espinaca. Estos tres alimentos forman una capa protectora en los dientes para que las manchas no puedan filtrarse en los poros de estos.
Se trata de salsas de fuerte coloración que son capaces de infiltrar en el esmalte y producir manchas. La soja está compuesta de agentes decolorantes y también el vinagre de Módena. Nada recomendables para lo tratado en cuanto a alimentación y dientes blancos.
Aquí podemos mencionar las moras, arándanos, cerezas, granadas… también la remolacha. Son frutas y verduras que nos ofrecen antioxidantes beneficiosos para la salud, aunque sus moléculas de pigmentos nos manchen los dientes. También la acidez de los cítricos puede pasar factura.
Disfrutaremos de ellas y después de consumirlas nos enjuagaremos y cepillaremos los dientes.
Es más que obvio que los caramelos estén en la lista de enemigos de los dientes y también del esmalte por la alta cantidad de azúcares y colorantes que ocasionan daños en la coloración de la dentadura y por supuesto alto riesgo de caries.
No se trata de un alimento, efectivamente, pero puede que sea el responsable mayor de que muchos luzcan dientes amarronados, así que imposible dejarlo a un lado.
El alquitrán y la nicotina se disuelven con la saliva y penetran en el interior del diente llegando incluso a la dentina provocando manchas oscuras en los dientes.
Hay enjuagues bucales o colutorios que contienen clorhexidina, una sustancia desinfectante de acción bactericida y fungicida indicado para las inflamaciones de las encías y tras las cirugías. Si se utiliza de manera continuada puede manchar los dientes.
Las frutas y verduras crudas son grandes aliados. La estrella sin ninguna duda es la manzana. Digamos que para mantener la dentadura blanca las más beneficiosas son aquellas frutas y verduras que tienen una textura fibrosa y fuerte.
La saliva es un elemento básico para neutralizar los ácidos que perjudican al esmalte reduciendo así también el riesgo de caries. Durante el masticado de este tipo de fruta y verdura su textura fomenta la limpieza durante el masticado al tiempo que favorece la segregación de saliva.
Además de la manzana citaremos también la zanahoria, el apio, las espinacas, la coliflor y las judías verdes como aliados de una sonrisa reluciente. Ayudan a limpiar “naturalmente” los dientes y a suprimir las manchas superficiales.
Los lácteos también son grandes aliados para mantener una sonrisa blanca. Además de la leche, sus derivados como los quesos y el yogurt hacen que el ácido láctico que contienen contribuya a la segregación de la saliva. No olvidemos también que además su calcio ayuda a mejorar el estado de los dientes.
Basta con realizar consultas en Internet para darnos cuenta de que por la red circulan innumerables remedios caseros para obtener una sonrisa blanca sin saber que muchos de ellos se tratan simplemente de leyendas urbanas sin más. No son efectivos como lo pueden ser los tratamientos profesionales e incluso algunos tienen consecuencias negativas si se usan en exceso o de manera incorrecta, como el Peróxido de hidrógeno, por ejemplo.
Sal, bicarbonato de sodio (es abrasivo), laurel, canela, cáscara de plátano, naranja o limón (el ácido cítrico erosiona el esmalte), vinagre de manzana, fresas, albahaca, perejil, salvia,… son un ejemplo de los muchos productos mencionados como remedios caseros para obtener los dientes blancos.
El equipo médico de Clínica Dental Fuset recomienda que además de consumir o evitar todos esos alimentos antes mencionados para que nos ayuden a mantener la sonrisa más blanca, primeramente se deben proporcionar los cuidados necesarios a los dientes, tales como el cepillado mínimo dos veces al día y el uso de hilo dental.
Pero además de eso, acudir al odontólogo mínimo una vez al año.
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